Un británico recupera su rostro gracias a una impresora 3D
La impresión tridimensional permitió a los cirujanos escanear la cara del paciente y construir una prótesis facial de silicona y titanio.
DAWOOD & TANNER
DENTAL PRACTICE
Donde antes había un rostro, sólo quedó un agujero. Un tumor del tamaño de
una pelota de tenis le arrebató a Eric Moger media
parte de su cara, hace cuatro años, cuando los médicos le extirparon el tejido
maligno en una agresiva y enrevesada cirugía. Su ojo izquierdo, el hueso de la
mejilla y gran parte de su mandíbula quedaron reemplazados por una gran
cavidad. Gracias al avance de la ciencia, este británico de 63 años ha vuelto a
sonreír.
Un grupo de médicos, capitaneado por el cirujano dental y experto en
implantes, Andrew Dawood, ha logrado reconstruir su rostro gracias a una impresora
3D, capaz de generar todo tipo de objetos tridimensionales diseñados y
modelados a ordenador. Moger, quien se había sometido previamente a ocho
cirugías reconstructivas sin éxito, ha recibido una prótesis facial que
se ajusta perfectamente a su rostro.
Dawood que ya
utilizaba el 3D para recrear mandíbulas en las operaciones de sus pacientes,
decidió que aquella técnica podría aplicarse para reconstrucciones mayores.
Escaneó el rostro de Moger y el programa informático recreó e imprimió un
tejido de poliamida con la zona que el paciente perdió durante la operación
para extirparle el tumor
«Se trata de
una máquina que cuenta con herramientas láser para cortar, esculpir y amoldar
piezas de plástico, silicona y nailon, así como metales como el titanio, con
mucha más precisión y rapidez», explicó Dawood a la cadena británica BBC.
La
construcción de la prótesis gracias a esta pionera técnica supone un gran
cambio estético, pero además constituye un avance funcional, ya que ahora puede
articular un movimiento maxilar adecuado para ingerir líquidos y alimentos.
Antes de someterse a esta operación, el paciente se alimentaba a través de un
tubo directamente conectado a su estómago.
«Tenía que
sujetarme la cara para que se me entendiese al hablar. Ahora puedo beber un
vaso de agua sin que se derrame una sola gota», comentó orgulloso Moger, quien
ha rehecho su vida social tras la cirugía y planea casarse.
Técnica pionera
Hasta ahora,
en Reino Unido nunca se había empleado una impresora 3D con este fin. Los
médicos consideraron que en el caso de Moger las cirugías plásticas
tradicionales no quedarían bien después de varias sesiones de quimioterapia y
radioterapia, que dañaron su piel. Por ello, decidieron dar un paso más.
«Utilizamos
tres técnicas diferentes para obtener el nuevo rostro de Moger: un rayo x
digital, una tomografía computarizada y un programa de modelaje tridimensional.
Eso nos dio la precisión necesaria para que la impresora 3D pudiese
recrear un modelo perfecto del cráneo del paciente y, posteriormente, de la
prótesis», explicó Dawood.
La principal
diferencia entre la prótesis de Moger y otras más convencionales radica en la
precisión con la que la silicona y los demás materiales se cortan y se amoldan
para que se ajusten perfectamente al rostro del paciente y den la impresión de
ser una «cara».
La impresión tridimensional permitió a los cirujanos escanear la cara del paciente y construir una prótesis facial de silicona y titanio.
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