Las capas de invisibilidad se disponen a salir de los
laboratorios y podrían llegar muy pronto a los hogares. Hasta ahora, en
efecto, se había conseguido ya fabricar materiales capaces de hacer “desaparecer” objetos
que se coloquen debajo. Pero se trataba siempre de experimentos
complicados y para los que se necesitaba un equipamiento sólo al alcance
de un puñado de expertos. Ahora, sin embargo, en un laboratorio de la
Universidad de Duke (Carolina del Norte, Estados Unidos) han ido bastante más lejos y afirman que cualquiera podría, con una impresora 3D doméstica, fabricar su propia capa de invisibilidad en una sola noche y sin salir de casa. El trabajo se acaba de publicar en la revista “Optics Letters”.
El proceso resulta barato y sencillo, y puede realizarse en
poco tiempo, entre tres y siete horas. “Yo diría que básicamente
cualquier persona que pueda pagar un par de miles de dólares en una
impresora 3D podría hacer una capa de plástico invisible literalmente en
una noche”, asegura el ingeniero Yaroslav Urzhúmov, de la Universidad
de Duke.
Las impresoras 3D imprimen objetos sólidos a partir de un
diseño por ordenador. Para ello, la impresora va depositando, de abajo
arriba capas de diferentes materiales. La técnica, una auténtica
revolución, cada vez se utiliza con más asiduidad para elaborar todo
tipo artículos de plástico, metal, vidrio o cerámica.
La capa invisible fabricada en las pruebas de Duke tiene la apariencia de un queso gruyer y está hecha de dos materiales: plástico ABS,
muy resistente a los golpes, y aire. El objeto en cuestión mide 3
centímetros de grosor y podría cubrir 14 centímetros de diámetro, aunque
es posible unir varias piezas hasta obtener el tamaño deseado. La
invisibilidad está en relación con la cantidad de microondas que la capa
pueda emitir.
David Smith, coautor del estudio, explica que la luz
atraviesa el material de la capa, de manera que al situarse sobre un
objeto opaco los hilos de fibra óptica del plástico se doblan sobre el
objeto. Entonces se dejan huecos similares a agujeros que dejan pasar la
luz, aunque no permiten observar que debajo hay algo.
Un objeto de varios metros
En experimentos anteriores se había incluido metal, pero en
esta ocasión sólo se ha utilizado plástico, lo que favorece su
fabricación y su manejo, pues es más ligero. Las aplicaciones pueden ser
de uso militar o civil. De hecho, la investigación ha sido financiada
por la Oficina de Investigación del Ejército estadounidense. “Si se
quieren eliminar obstáculos como pilares o pequeños edificios se pueden
usar estas capas, lo que podría ser útil para la comunicación y para el
radar”, aclara Urzhúmov.
¿Pero es posible crear capas invisibles más grandes? “Las
simulaciones por ordenador me hacen creer que es posible crear una capa
de invisibilidad a base de polímero muy fina que envuelva un objeto de
varios metros de diámetro -comenta Urzhúmov-. Se puede imaginar
cubriendo algo tan grande como un pilar de piedra o los mástiles
metálicos de un barco”.
Los investigadores estiman que la nanotecnología facilitará
ir más allá de las microondas y trabajar con mayores longitudes de onda
y con materiales como vidrios transparentes y polímeros. Esto supondría
un paso más en el nivel de invisibilidad.
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