Investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill y Laser Zentrum Hannover han descubierto que el compuesto de origen natural la riboflavina, mejor conocida como la vitamina B2 puede ser utilizada en los procesos de impresión en tres dimensiones para crear implantes médicos de polímeros no tóxicos.
La riboflavina es una vitamina hidrosoluble de color amarillo, constituida por un anillo de isoaloxazina dimetilado al que se une el ribitol, un alcohol derivado de la ribosa. Esta es esencial en varios procesos celulares y en el metabolismo de grasas, carbohidratos y proteínas. Se encuentra en abundancia en alimentos como leche, vegetales verdes, arroz, hígado, etc. Esta vitamina es sensible a la luz solar y a ciertos tratamientos como la pasteurización, proceso que hace perder el 20% de su contenido. Por ejemplo, la exposición a la luz solar de un vaso de leche durante dos horas hace perder el 50% del contenido de vitamina B2.
“Esto abre la puerta a una gama mucho más amplia de materiales para implantes biocompatibles, que pueden ser utilizados para desarrollar diseños de implantes personalizados utilizando la tecnología de impresión 3-D,” dice el Dr. Roger Narayan, autor principal de un artículo que describe la obra y profesor del servicio de ingeniería biomédica en la NC State y UNC-Chapel Hill.
Los investigadores de este estudio se centraron en una técnica de impresión 3-D llamada polimerización de dos fotones, ya que esta técnica se puede utilizar para crear objetos pequeños con características detalladas tales como andamios para la ingeniería de tejidos, microagujas u otros dispositivos de liberación de fármacos implantables.
La polimerización de dos fotones es una técnica de impresión 3-D para la fabricación de estructuras sólidas a pequeña escala a partir de muchos tipos de precursores líquidos fotorreactivos. Los precursores líquidos contienen químicos que reaccionan a la luz, convirtiendo el líquido en un polímero sólido. Al exponer el precursor líquido al volumen esperado a la luz, la técnica permite a los usuarios imprimir objetos 3D.
La polimerización de dos fotones tiene sus inconvenientes, sin embargo. La mayoría de los productos químicos mezclados en los precursores para hacerlos fotorreactivo también son tóxicos, lo que podría era problemático si las estructuras se utilizaban en un implante médico o estaban en contacto directo con el cuerpo.
Pero ahora los investigadores han determinado que la riboflavina se puede mezclar con un material precursor para que sea fotorreactivo con la ventaja de no ser toxica y biocompatible.
Referencia: Future Medicine
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