La impresión 3D, considerada como la herramienta que posibilitará la próxima revolución industrial, parece tener infinitas aplicaciones. Ahora su uso podría extenderse también al mundo de la moda.
La impresión 3D ha pasado de ser una prometedora e innovadora tecnología a convertirse en una realidad en nuestro día a día, que está transformando en buena medida muchos sectores. Considerada por algunos autores como la revolución industrial 2.0, su impacto ha llegado a la investigación espacial, a la medicina o a la aeronáutica, por citar solo algunos de los campos donde podría ser aplicada.
Lo que no se esperaba de la impresión 3D es que llegara a otras áreas tal vez más convencionales. Sin embargo, su multitud de aplicaciones parece no tener límites, y han llegado incluso a sectores tan “tradicionales” como el mundo de la moda. Aunque parece ciencia ficción, lo cierto es que los primeros vestidos realizados por impresión 3D ya han sido diseñados y fabricados.
El primer vestido creado por impresión 3D fue fabricado tras 400 horas de trabajo de las conocidas impresoras MakerBot, mediante el uso de filamentos flexibles.
Este trabajo ya ha sido expuesto en el evento Design Night, organizado en la Autodesk Gallery de San Francisco.
Ell desfile causó sorpresas y sonrisas por su originalidad, y es que parece que la iniciativa del diseñador ha provocado el nacimiento de una moda de alta costura que se apoya en las nuevas tecnologías.
Los avances de la impresión 3D y sus utilidades en diversos sectores parecen no tener límites. ¿Llegará el día en que veremos de forma normal en las pasarelas vestidos realizados gracias a impresoras 3D?
E incluso, siendo un poco más ambiciosos, ¿podríamos imaginarnos imprimiendo nuestra propia ropa en casa, una vez que adquiriéramos el diseño de los vestidos a través de la red? Las posibilidades de la impresión 3D son enormes, tanto que no podemos limitar su uso y aplicaciones únicamente desde un punto de vista comercial. Porque la manufactura de productos textiles y ropa podría cambiar totalmente con la llegada de las impresoras 3D.
La iniciativa de Bitonti sin duda es un paso más para que esta innovadora tecnología se instale definitivamente en nuestras vidas. Un proyecto curioso con unos vestidos un tanto “raros”, pero que abre el camino de la futura relación entre impresión 3D y el mundo de la moda.
Por otro lado, la diseñadora Catherine Wales ha lanzado una colección llamada ”DNA Project“. Se trata de ocho complementos y accesorios de fantasía realizados con Impresoras 3D, usando como material nylon blanco. Su obra ha expuesta este año en la Bienal de moda de Arnhem, Países Bajos y actualmente está exhibida en el Museo del Diseño de Londres. Su creatividad no tiene límites: podemos encontrar en su obra un corsé alambicado, una máscara con cuernos dorados, una hombrera con plumas.
Wales dijo: “Las impresoras 3D nos permiten crear diseños adaptados a las formas específicas del cuerpo y eliminar la necesidad de clasificar el producto en las tradicionales tallas” Y agregó: “Esta tecnología ofrece la promesa de un mundo donde la imaginación no tiene límites y con el tiempo no habrá material que no se pueda reproducir como un objeto 3D”.
Esta diseñadora trabajó en Yves Saint Laurent y en Gap.
La impresora 3D le brindó la posibilidad de crecer en su talento. Para realizar un nuevo modelo comienza escaneando el cuerpo, esos datos son trasladados a un programa de software 3D. Luego diseña el producto y lo ajusta al cuerpo. Lo envío a una impresora 3D de sinterización láser, que utiliza polvo de nylon para la fabricación.
Wales asegura: “Ahora tenemos la capacidad de realizar nuestras creaciones casi al instante, acelerando el proceso de desarrollo de una manera que nunca imaginé que fuera posible”.
Video:
Unos diseños que se van a poder hacer a las mil maravillas con la incursión de estas nuevas impresoras y las facilidades que nos van a plantear de aquí a unos años, es la era de este tipo de ropa
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