Toda la materia está compuesta por átomos y organizándolos adecuadamente bastaría tener un centenar de tarros (incluso menos) para formar objetos a nuestro antojo. Faltaba que se desarrollase adecuadamente la tecnología de impresión 3D para que comencemos a atisbar la posibilidad de crear, por ejemplo, una cámara fotográfica de las tradicionales, no una digital… aunque todo se andará.
Cada vez vamos a tener más noticias que nos hablarán de objetos de todo tipo realizados mediante impresión 3D, algo que además se hace cada vez más cotidiano gracias a que este tipo de impresoras van abaratando continuamente sus precios. De hecho deberíamos reconocer el mérito de quienes logran objetos complejos como esta cámara fotográfica que no ha sido obra de ninguna complejísima impresora 3D carísima y destinada a uso industrial sino que ha sido posible con una modesta de baja resolución.
El autor ha sido Léo Marius como proyecto para su graduación en la Escuela de Arte y Diseño de Saint Etienne (Francia). Tan solo 15 horas han bastado para tener impresas las piezas necesarias, aunque probablemente el número de horas necesarias para tener a punto el diseño de esas piezas habrá sido mucho mayor y habrá presentado más complicación.
Lo mejor es que una vez ensamblada la cámara toma fotos (necesitarás carrete, evidentemente) más que decentes y que serán muy del agrado especialmente de los amantes de la fotografía con cierto sabor retro. Obviamente la lente no se ha realizado con la impresora… pero como decíamos antes, tiempo al tiempo.
VIA | The inquirer